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jueves, 29 de noviembre de 2012

Proto yogui

Ya definitivamente, no se puede ser original en este mundo. Cuando crees que tienes una idea genuina o una intuición reveladora, resulta que alguien más la ha tenido y probablemente antes que tu.

Mi amigo Julián me habló alguna vez de una teoría sobre esta cuestión. Si recuerdo bien venía a decir que las ideas surgen de forma simultánea en diferentes partes del mundo, en personas que no se conocen en absoluto. Algo también me contaron sobre unos monos y un plátano que daba calambre, de forma que el aprendizaje de no tocar el plátano se "transmitía" dentro de la comunidad e incluso a otros grupos de monos con los que nunca se había estado en contacto.

Esto no debiera sorprenderme. Tanto hablar del CENTRO, del mundo holístico y de la transpersonalidad, debiera estar preparado para este tipo de situaciones. Y así es, no penséis que me acabo de caer de un guindo, estas cuestiones no me sorprenden, ..., demasiado.

La creencia de la que os hablaba al principio es que los primeros yoguis eran chamanes. Lo acabo de leer en el libro "El viaje del chamán" en el capítulo de Gary Doore que cita a Michael Harner. Y aunque las razones que expone no me convencen del todo, coincidimos en las conclusiones. En el libro llama "proto yoguis" a aquellos primeros chamanes-yoguis que tuvieron que cambiar la percusión de los tambores por las técnicas respiratorias que hoy conocemos en el yoga.

En el libro dice que tuvieron que hacerlo para poder practicar a escondidas, ya que eran perseguidos por el oficialismo religioso. No se yo si.... puede ser pero... quizás tan solo fuera una evolución natural dentro de una civilización más estable.¡Que más da! el resultado es que se puede establecer, y el autor lo hace, un paralelismo entre los estadios del yoga descritos por Patañjali y los mundos chamánicos.

Hay cosas comunes y cosas diferentes, el pragmatismo del que os hablaba en mi entrada anterior, es algo que diferencia claramente a las dos tradiciones. El yoga de Patañjali no busca la aplicación práctica, no me lo imagino predicando que la eficacia es la medida de la verdad. Si hasta los siddhis (poderes que se desarrollan durante la práctica del yoga), reciben sus críticas porque apartan del camino. Quizás el chamanismo sea más tántrico, ¿quién sabe? Dejo estos temas para los eruditos, como siga elucubrando voy a empezar a patinar.

A mí lo que me había llevado a pensar que ambas tradiciones estaban relacionadas, eran las posturas rituales que Felicitas D. Goodman nos muestra en sus estudios, esta autora también escribe en el citado libro. Estas posturas, muchas de ellas comunes a todas las culturas indígenas de los cinco continentes, podrían ser las predecesoras de las asanas del yoga. No es que exista un gran parecido entre unas y otras pero la función de las posturas puede ser parecida.

Posturas rituales
Y ya vale de hablar, que no voy a dejar nada para la siguiente entrada.

martes, 27 de noviembre de 2012

Los 4 mundos

Antes que nada me gustaría explicar por qué voy a hablar de chamanes.

La razón es que el chamanismo busca la parte práctica de lo transpersonal, principalmente para sanar. Para otras corrientes espirituales la aplicación práctica es un obstáculo, para los chamanes es la meta. El séptimo principio de la Huna, aunque no es originariamente chamánico, dice que la eficacia es la medida de la verdad. Los neochamanes incluso utilizan mindmachines para inducir el viaje chamánico. A mí me gusta lo práctico.

Acabo de leer una de las descripciones más claras, para mi pobre mente secuencial, de lo que pueden ser los "mundos" o estados alterados de consciencia, a los que llegan algunas personas. Lo contaba Serge King, chamán hawaino, dentro del libro "El viaje del chamán" donde escriben varios autores.

La Huna, el chamanismo hawaiano, tiene siete principios que me han parecido muy similares a algunas  de las ideas más aceptadas de la psicología moderna y a las presuposiciones de la PNL, de hecho, ya existe un libro sobre chamanismo y PNL. Yo pienso hablar de ello en alguna entrada posterior, hoy hablaré de los 4 mundos.

Serge nos propone el ejemplo de un prado, en el cual podemos "ver" los cuatro mundos y movernos de uno a otro simplemente cambiando los supuestos, ¡bueno!, y con un poquito de entrenamiento. Resumiendo:

  • Mundo objetivo.- Donde todo es independiente, existe principio y fin, causa y efecto. Aquí "vemos" a través de nuestros sentidos físicos. La brisa, las flores, el nº de árboles, su especie, ....
  • Mundo subjetivo.- Donde existe una interdependencia, todo es cíclico y el tiempo sincrónico. Aquí vemos la interconexión entre las cosas, la telepatía, auras, espíritus, etc..
  • Mundo simbólico.- Donde todo es figurado y hay un orden y un significado. Vemos la fortaleza del árbol, la caricia de los rayos del sol, etc..
  • Mundo holístico.- Donde todo es uno. Somos flores que ofrecemos el néctar a las abejas, clorofila, nutriente. Desaparece la sensación de "el/lo otro".
Y todo ello sin movernos del prado.

Esta descripción quita bastante hierro al asunto de la trascendencia, la hace más asequible. Aunque no es tan fácil cambiar de supuestos como cambiar de camisa, tampoco hace falta hacer irse más allá de donde estamos. Los cuatro mundos están aquí mismo. Ni en la sala de meditación, ni en un monasterio del Himalaya. Todo depende de cómo queramos mirar al prado, o como dirían los chamanes, miraremos el prado según nos convenga mirarlo.

Los chamanes son muy prácticos, buscan en cada mundo lo que necesitan para sanar al paciente. Digamos que saben operar en los cuatro mundos según las necesidades: masajes, cirugía  acupultura, movimientos de energía, terapias verbales, amuletos, canalizaciones, etc...

Ahora os propongo el ejercicio de ver los cuatro mundos en nuestro lugar de trabajo: oficina, taller, casa, comercio, etc.... Bueno, no seamos tan ambiciosos en este primer intento, vamos a ver tan solo los dos primeros mundos: el objetivo y el subjetivo.

El mundo objetivo está claro, el subjetivo.... ¡uhmmmmm! ... la interdependencia entre las cosas, las interrelaciones, los mensajes no verbales, las intenciones, ..... ¡Ufhhh!, tanta subjetividad tiene muchos riesgos, puede que estemos alucinando cosas sin ningún viso de "veracidad".

Seamos entonces prácticos, lo que obtenemos con toda esta subjetividad ¿nos sirve para algo?¿es eficiente?¿Nos acerca a nuestras metas?¿Nos hace más coherentes?¿?

Entonces, bienvenida sea la subjetividad.

sábado, 24 de noviembre de 2012

La cuadrilla, eusko-management

Hoy me han vuelto a preguntar por "la cuadrilla", esa entidad social tan particular que tenemos aquí en Euskadi.

En esta ocasión era un estadounidense, pero recientemente me ha ocurrido con gente de otras partes de España. Las preguntas son siempre parecidas: ¿cómo funciona eso de la cuadrilla?¿qué tipo de relación es?¿qué es más, un amigo o una persona de la cuadrilla?¿cómo se entra/sale?

Y claro, cuando te lo preguntan y tratas de responder es cuando te das cuenta de que, efectivamente, es algo poco común que no se ve por otros lugares. Todo el mundo tiene amigos de infancia, del colegio, del trabajo, etc... pero no todo el mundo tiene una cuadrilla. Cuando en el fondo la cuadrilla es tan solo un caso particular de agrupación de amigos.

No es necesario que existan muchos puntos de encuentro entre sus componentes, no hace falta compartir ideología, aficiones, formación académica, equipo de fútbol, normalmente basta con ser del mismo lugar y tener, más o menos, la misma edad.

Cuando se sale de tragos, se pone "bote" (escote) y se aprende que, poniendo el mismo dinero, uno bebe cerveza y otro gin-tonic (el doble de caro). Cuando no se pone escote, y cada uno paga una ronda, siempre hay uno (el mismo) que, o paga el último o no paga en absoluto, ¡el gorrón!, al cual por cierto nunca se le echa de la cuadrilla por ello. ¡Y este aprendizaje marca de por vida!

Tampoco hace falta verse con frecuencia, puedes mudarte, cambiar de residencia y no ver a nadie en meses, pero la cuadrilla siga viva y tu sigues siendo parte integrante de la misma. Cuando te vuelves a juntar, retomas la última conversación de forma natural, obviando lo que haya podido ocurrir por medio. Hay que reconocer que a ello ayuda que la mayoría de las veces, la cuadrilla se reencuentra alrededor de una mesa o en los bares.

Supongo que la existencia de las cuadrillas está relacionada con la de las Sociedades Gastronómicas, otra de nuestras particularidades. Las reglas sociales, si las hubiera, son casi idénticas. Quizás también esté relacionada con la fuerte implantación de las cooperativas y otros tipos de empresas con relaciones laborales más humanas, como las propuestas por Gbe-NerLo social, de alguna forma, se traslada de un entorno al otro.

Es por todo lo anterior que pienso, que los modelos anglosajones de gestión no acaban de cuajar completamente por estos lares, necesitamos algo más personalizado, algo que tenga en cuenta las "reglas" sociales de las cuadrillas, una especie de Eusko-management.

Integrar y trascender. Tenemos mucho bueno que aprender y mucho bueno que enseñar. Desde lo que somos, hacia adelante.

"El sueño americano" es eso, americano, por aquí tenemos otros sueños. Aquí el líder es rotatorio, es el que lleva la caja cuando salimos de tragos. Además, como recomiendan los cánones de la inteligencia espiritual, es un líder-servidor (nadie quiere llevar la caja).

viernes, 16 de noviembre de 2012

Pequeñas congruencias

Siguiendo con el hilo de la entrada anterior, donde hablaba de la repercusión que ha tenido el suicidio de una mujer desahuciada. En poco tiempo hemos podido ver: banqueros que ofrecen demoras, jueces que plantean alternativas, el gobierno que legisla express, cerrajeros que se niegan a intervenir en desahucios, etc... A cuenta de esto, me gustaría reflexionar sobre las "pequeñas" acciones congruentes.

Al decir congruentes me refiero a las acciones que están alineadas con nuestros valores. Al decir pequeñas entre comillas, aunque no hay acciones pequeñas si son congruentes, me refiero a las acciones que tienen una velocidad de propagación más lenta, como la del cerrajero, por ejemplo.

Un banco llama a un cerrajero para que cambie la cerradura de una casa desahuciada y ¿por qué negarse? el banco es su cliente y cambiar cerraduras es su trabajo. Aceptar el trabajo sería lo comprensible, lo que es más difícil es vislumbrar en ello un dilema.

Este tipo de cuestiones son difíciles de discernir porque las consecuencias de nuestros actos se pierden en una maraña de procesos complejos y las responsabilidades individuales quedan diluidas en las de entes impersonales como las empresas.
La hucha del Poder Personal

Yo recuerdo hace ya algunos años, cuando instalaba equipos que automatizaban procesos industriales, que una consecuencia de mi trabajo podía ser la pérdida de empleos. En mi interior tuve una pequeña incongruencia carcomiéndome. Por lo que busqué argumentos compensatorios que me resultaran convincentes, como por ejemplo, se podía perder algún puesto de trabajo pero la empresa en su conjunto se mantenía a flote, sobrevivía y se hacía más competitiva.

Ante este tipo de dilemas, se pueden encontrar argumentos compensatorios tales como: "ganar el pan de mis hijos", "si no lo hago yo, algún otro lo hará", etc... y son igualmente válidos, al menos para algunas personas en algunos momentos. Solamente pensamos en los valores cuando tenemos la tripa llena.

Volviendo al cerrajero y a las congruencias, ¿cómo actuar?.
Cuando se plantea una cuestión de este tipo ¿qué hacer?
  • Hacerse consciente. Si queremos podemos aprender a detectar nuestras incongruencias. Al principio cualquier cosa que hagamos estará bien. A continuación bastará con que nos observemos de forma crítica y hagamos los reajustes necesarios hasta conseguir "esa sonrisa especial".
  • Hacernos dueños de nuestras acciones. Asumir que somos dueños de nuestras acciones y sus consecuencias. ¡No vivimos solos en el mundo! ¡ Sigamos la cadena causa-efecto!

Las congruencias aumentan nuestro poder personal. El cerrajero que se negó a cambiar la cerradura del piso desahuciado, sin duda, ahora tiene más poder personal. Yo me alegro por él.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Seppuku (harakiri)

Continuando con la entrada anterior y viendo el gran impacto mediático que ha tenido el suicidio de una mujer desahuciada, me ha venido a la cabeza el seppuku (harakiri), el suicidio ritual japonés.

Es otra de esas particularidades de la cultura japonesa que tanto nos llama la atención en occidente. Hay mucha, muchísima literatura sobre ello, occidental y oriental, que a veces pueden darnos ideas divergentes. Yo como no soy experto, no voy a profundizar en el tema, tan solo he visto unas cuantas pelis (os recomiendo esta), y tampoco creo que merezca la pena ahondar más en este momento.

El seppuku, entre otras motivos, se ha utilizado para protestar. Cuando no se estaba de acuerdo con el comportamiento, normalmente de un superior, o la situación era tan extrema que solo se sentía impotencia, la gente acometía el seppuku. Un guerrero que discrepaba con las acciones de su señor, o un padre de familia sin la posibilidad de mantener a su familia, podían llegar a suicidarse. Pero no como un mero acto de desesperación, sino como protesta.

El impacto de un suicidio-protesta es muy fuerte, nos está recordando que hay algo que mejorar, algo que no va bien, que no funciona como debiera. No tenemos que ir muy lejos, basta con recordar que la primavera árabe detonó en Túnez porque un joven se prendió fuego.

Es más poderoso un seppuku que un acto kamikaze (ambos suicidios y ambos inventos nipones), nos da más que pensar. Toca alguna tecla en nuestro interior que nos hace preguntarnos cosas. Cuando te llevas a alguien por delante, kamikaze, despojas al acto de toda carga moral, te pones al mismo nivel que el "malo", cuando te inmolas, te colocas por encima, ahora bien, ¡a qué precio!
Seppuku
Para que el suicidio-protesta sea eficiente, hace falta una sociedad, otros que observen y se sientan cuestionados por el acto. No habría suicidio-protesta si no hubiera una sociedad, un "otro" destinatario de la protesta. El suicidio así entendido, es social.

También hacen falta una serie de valores comunes, una moral, algo por encima de la persona, transpersonal, que soporte la acción y sirva de marco para la crítica.

Sociedad y valores.

En occidente protestamos de otra forma. Cuando actuamos según nuestros valores, de forma impecable, podemos conseguir a otra escala el mismo efecto. Podemos hacer que la gente a nuestro alrededor se cuestione las cosas, se haga preguntas. Es así como crece nuestro poder personal, siendo impecables en nuestros actos, siendo congruentes.

Y a partir de ahí, hasta donde queramos llegar.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Las mil hojas del Loto

En esta entrada, continuaré con una breve descripción del modelo del "Loto del Ser" que inicié en la entrada anterior y alguna reflexión al respecto.

Para definir los caminos de crecimiento personal Danah Zohar describe 6 tipos de personalidad, que corresponden a los tipos de John Lewis Holland, que a su vez los relaciona con ocupaciones laborales. Por lo que dice Zohar, el test de Holland es la prueba de aptitud más utilizada en el mundo, que se puede emparejar fácilmente con la de Myers-Briffs, relacionada a su vez con los arquetipos de Jung.

Este test muestra cierta flexibilidad a la hora de clasificar, porque cada persona puede puntuar alto en dos o incluso tres categorías. Las combinaciones son múltiples.


A mí esto de que haya varios caminos y que todos sean buenos me gusta, porque quita presión respecto a la forma "correcta" de comportarse o hacer, al final, todos ellos arrancan del centro, único centro. Además, si tenemos en cuenta las combinaciones, en lugar de 6 nos salen muchos más, mejor 60 que 6 y mejor 1000 que 60. Como ya comenté en esta entrada, no soy muy amigo de las clasificaciones y esta no va a ser una excepción.

Quedémonos entonces con las mil hojas del Loto, cada cual de su padre y de su madre. Vienen del mismo y único centro, diferentes entre sí y esencialmente idénticas, todas ellas válidas.

Hoy comprobaba en la prensa esta realidad. Ante el desahucio de sus hogares por el banco correspondiente, uno solo lloró, otro prendió fuego al banco y otro se tiró por la ventana.

Todo ello igualmente válido ...

martes, 6 de noviembre de 2012

Del centro para abajo, de fuera hacia arriba

En esta entrada voy a realizar un trabajo integrador, asociativo, propio de personas espiritualmente inteligentes ;-)

Voy a relacionar el modelo del "Loto del ser, procesos psicológicos" que Danah Zohar describe en su libro "inteligencia espiritual", del cual he sacado todos sus dibujos, con el modelo del "Golden circle" de Simon Sinek sobre la motivación y la toma de decisiones en las empresas de éxito. Y como veréis, me lo han puesto fácil.

Danah Zohar - Procesos psicológicos
Ambos modelos son círculos concéntricos.

  • El círculo interior para Zohar es el del Ser, el integrador, para Sinek es el WHY.
  • El círculo intermedio para Zohar es el asociativo, el de las emociones, para Sinek es el HOW
  • El circulo exterior para Zohar es el del ego racional, el intelectual, para Sinek es el WHAT
De forma muy resumida Sinek viene a decir que las ideas más innovadoras, motivadoras y finalmente de más éxito, surgen del WHY, de alguna razón, necesidad o inquietud que debe ser satisfecha. Los líderes inspiradores parten del WHY. Las ideas y líderes que parten del WHAT, del producto, tienen menos recorrido. Por medio está el HOW.

Para Zohar el modelo del Loto del Ser, representa precisamente al Ser. La parte más externa, la consciente, es donde se desarrollan las personalidades de los individuos: convencional, sociable, emprendedora, realista, investigadora y artística. Seis en total que definiré en una entrada posterior. La parte intermedia, la inconsciente, es donde se encuentran las raíces profundas de estas mismas personalidades. En el centro la fuente de todas ellas. Este es un modelo integral y transpersonal.

Si me pongo a tirar con una cuerda hacia arriba, me queda un precioso cuasi-cono, como quien dice una nueva pirámide...


... que se puede asociar muy fácilmente a la pirámide de Maslow y los niveles neurológicos de Dilts y también a la organización piramidal de Taylor y las castas Indias.

Según Zohar y Sinek, el flujo de energía es de dentro afuera, de arriba abajo, del Why al What, del Ser al Ego. Son el Ser y el Why quienes marcan el camino a seguir a los demás círculos. Bien sea a través de la inspiración, la intuición o la motivación.

El flujo es igualito que en las actuales organizaciones piramidales, de arriba hacia abajo ¿Será esto lo "natural"? ¡Esta intuición me ha asustado!

Si queremos cambiar algo, debemos buscar alternativas, quizás el flujo de energía tenga que ser de abajo arriba, de fuera adentro, del What al Why. O tal vez bi-direccional. A más alternativas, más posibilidades de éxito.

Esto tiene su miga.... pero que mucha miga...

jueves, 1 de noviembre de 2012

Aceptación <-> Resignación || Asumir

Hoy voy a polemizar. Quiero hablar de la aceptación, otra de esas palabras-cosa que hemos hecho un poco inmanejable.

En el yoga, la aceptación es un concepto importante al igual que: no aferrarse, dejar pasar, desapego, soltar, ...., son palabras que se utilizan con mucha frecuencias para reflejar "estados deseables" y perdón por lo de deseables, porque en realidad son estados-consecuencia © de la práctica del yoga.

Como la entrada me ha salido un poco larga, la he estructurado de la siguiente forma: al principio dos definiciones académicas, a continuación una serie de textos extraídos de internet con opiniones varias, seguidamente un poco de teoría sobre el hinduismo y occidente; para finalizar con mi modesta opinión.

DEFINICIONES ACADÉMICAS:

En casi todo lo que he leído se insiste sobre la diferencia entre aceptar y resignarse. En realidad según nuestro diccionario son similares, por no decir equivalentes:

Aceptar: (1) Recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga.(2) Asumir resignadamente un sacrificio, molestia o privación.

Resignación: (1) Entrega voluntaria que alguien hace de sí poniéndose en las manos y voluntad de otra persona.(2) Conformidad, tolerancia y paciencia en las adversidades.

Ya vemos que aparece la palabra "resignadamente" en una de las definiciones de "Aceptar" y que "Resignación" no tiene connotaciones negativas. A pesar de esto, casi todo lo que he leído insiste en confrontar la aceptación y la resignación, dotando a esta última de significados más negativos.

OPINIONES DESDE INTERNET

Veamos que se argumenta en el otro sentido. Un par de explicaciones desde el entorno yóguico-occidental:

¿Cuál es la diferencia entre la resignación y la aceptación? Una muy clara e indiscutible LA LIBERTAD que te confiere la aceptación. Si cuando te dices una de esas frases o incluso dices “yo acepto lo que hay” y tu siguiente pensamiento es negativo, o tus emociones te incomodan o quizá una parte de tu cuerpo se tense, claramente te estás resignando, y en ese lugar no hay elección, no hay libertad. http://yogasala.blogspot.com.es/2010/10/estas-en-la-aceptacion-o-en-la.html

La aceptación no tiene nada que ver con la resignación, pasiva y de extrema sumisión a la realidad, sino por el contrario, es una actitud que debemos desarrollar en nuestra mente. La aceptación, es una cualidad que iremos desplegando gradualmente ,a través de la práctica de la atención plena ,en nuestras meditaciones. .... Observa , a qué tipo de pensamientos te aferras con más deseo, a cuáles con mayor apego. Siente cómo detrás de los pensamientos, la conciencia pura , respira. http://yogaymedicinaoriental.blogspot.com.es/2010/12/aceptacion-una-virtud-esencial-para.html

A continuación una explicación desde un ámbito más psicológico:

Muchas veces cometemos el error de pensar que aceptar lo que nos sucede significa no desear cambiarlo. Nada más lejos de la verdad. Ante todo, para poder modificar algo, es requisito previo aceptar que ese algo nos está sucediendo. Mucha gente confunde esta aceptación con “resignación”. La resignación implica que uno se ve indefenso frente a lo que le sucede, que uno se siente incapaz de cambiarlo. ....Mucha gente confunde la idea oriental de “aceptar lo que nos sucede sin cuestionarlo”, con la idea de “pasividad”. Esto se debe a una falta de comprensión. 
Pero vayamos un poco más allá...

DESDE EL HINDUISMO

En el hinduismo toda acción que persigue una finalidad genera karma, para alcanzar el ideal de liberación, las acciones han de ser desinteresadas y motivadas por el sentido del deber.

Según esto, ¿cómo puede ser yóguico-hinduista aceptar una situación para luego modificarla? porque si quiero modificarla, automáticamente aparece la finalidad y con ello el karma.

Diremos entonces, que la aceptación en el sentido hinduista, debe ir más allá que la asimilación de la situación presente para luego modificarla, que la aceptación es despojar la situación de toda importancia, observar, no implicarse, dejar pasar, ¿que más da? si el mundo es tan solo una ilusión.

Este concepto es muy profundo e inusual para nosotros, no hay ni aceptación ni resignación en el sentido "occidental", la aceptación hinduísta hay que enmarcarla en una cosmología diferente, en un modelo del mundo donde al final no hay mundo, o mejor dicho, donde el mundo solo existe en la medida que no hemos alcanzado la compresión final, la iluminación. Aceptar es comprender que da lo mismo actuar o no, que haga lo que haga nada cambia, porque al final no hay "el otro", no hay tal situación, al final solo hay el Absoluto.

OCCIDENTE

Ahora bien, somos occidentales (yo por lo menos). Nuestro modelo del mundo es diferente, existe y está ahí afuera. Diría aún más, nuestra tradición cultural: Grecia, capitalismo, socialismo, cristianismo, etc... nos invita, nos empuja, a transformarlo. El ser humano está en el mundo para transformarlo mediante el trabajo, de hecho es lo que nos diferencia de los animales (según el catolicismo). Por eso decían antes los yoguis-occidentales, que no hay que resignarse ante una situación, sino que hay que aceptarla para mejorarla. Puede que no sea muy hinduista, pero es lo que tenemos por este lado del mundo.


MI OPINIÓN

Me gustaría volver a utilizar el diccionario:

Asumir: (1) Atraer a sí, tomar para sí (2) Hacerse cargo, responsabilizarse de algo, aceptarlo.

A mí, como yogui occidental, esta es la palabra que más me gusta, ¡puestos a elegir! Yo utilizaría asumir en lugar de aceptar, asumir para mejorar, hacernos responsables para mejorar, hacernos protagonistas para mejorar. Solo haciéndonos protagonistas comprenderemos que la vida que vivimos es consecuencia de nuestras acciones y en última instancia de nuestros pensamientos.

En el camino de la mejora si se tercia algún día, dejaremos de buscar y alcanzaremos la iluminación.