Hoy he terminado de leer el trabajo de mi amiga Mariana Pérez sobre el yoga en las aulas. En él nos muestra su preocupación ante la situación de la educación infantil. Y allí donde hay preocupación, acaba habiendo ideas de mejora; utilizando el lenguaje empresarial: donde hay debilidades, aparecen las oportunidades.
Mariana describe un sistema educativo a imagen y semejanza de la sociedad actual. Donde los niños son dirigidos y estructurados según parámetros racionales de productividad y competitividad, sometidos a la presión de los resultados y abandonados emocionalmente por sus padres y educadores (me hace recordar la vigencia de la famosa canción de Pink Floyd en "The wall" allá a principios de los 80).
Mariana nos recuerda que el origen del sistema educativo actual se halla en los inicios de la era industrial: Así, se organizaron los colegios de la misma manera que las fábricas, bajo la mentalidad de la “línea de producción”, con aulas separadas por materias, horarios fijos, niños clasificados en grupos bajo el único criterio de la edad, el uso de la sirena (la misma en fábricas y colegios, aún hoy es así) para pautar los horarios, un edificio cerrado para que los niños no puedan escapar ...
¡Y nosotros crecimos con estos condicionantes!.
La propuesta para compensar todas estas carencias, es el Yoga en las aulas, el cual ya se está aplicando de forma más extendida en Francia y Cataluña.
Lo que se consigue con el yoga, es crear momentos de autoescucha y trabajar estados emocionales potenciadores.
Hablar hoy en día de emociones no es novedoso, han pasado de ser un síntoma de debilidad, porque anulaban nuestra razón, a ser el motor de la creatividad y la innovación. Avaladas por los avances científicos, las emociones han comenzado a cobrar un protagonismo inconcebible hace tan solo unos pocos años. Ahora se habla de inteligencia emocional y se intenta medir y potenciar. Las escuelas de negocios empiezan a implantar programas de formación más holísticos donde el enfoque es MULTI, y el aprendizaje se basa más en experiencias que en clases magistrales ("learning by doing"), mirar el ejemplo de la MUN.
Lo que es realmente novedoso es hablar de espiritualidad en el mundo de los negocios. No existe mucha literatura al respecto; yo conozco el libro de la autora Danah Zohar en el que habla de la inteligencia espiritual. Si tuviera que definirla en este momento, diría que es la inteligencia integradora, y para los que las necesiten, diré que también existen pruebas científicas que la justifican (descritas en el libro de Danah). Yo también hablaré de inteligencia espiritual más adelante.
Para desarrollar la inteligencia espiritual, el yoga es una herramienta fabulosa. Los beneficios inmediatos son muchos, aunque todavía son más los que llegan a medio y largo plazo. ¡Cuanto daría yo por haber tenido la oportunidad de empezar a practicarlo en las aulas!
¡Es que después de visto, todo el mundo es listo!¡ánimo Mariana!