El movimiento cooperativo ha demostrado durante la crisis cuales son sus prioridades, grosso modo, se han bajado salarios pero se han mantenido los puestos de trabajo. En mayor o menor grado, esto es inteligencia espiritual y economía del bien común.
Después de esta declaración, arranco con José Mª Arizmendiarrieta y los principios creadores del movimiento cooperativo en Mondragón. He buscado la información en el libro de Inazio Irizar & Greg MacLeod "32 claves empresariales de Mondragón" del cual voy a extraer todos los contenidos.
Una de las cuatro razones que se atribuyen al éxito inicial es que los fundadores fue que: Se impusieron un exigente código moral .... La preocupación prevalente del cooperativismo arizmendiano era promover la comunidad del ciudadano y de la gente dentro de la comunidad. Al cooperativismo no le interesaban individuos ricos, sino una sociedad rica e la que todos los individuos pudiesesn tener una vida razonable, una vida promocionada, que pudiesen tener una perspectiva serena y equilibrada de la vida.
Sobre José Mª Arizmendiarrieta se hablan maravillas: trabajador entusiasta, austeridad espartana, visión social, motivador, gran sentido de la justicia, visión de futuro, sentido de la responsabilidad moral, líder con capacidad de transformar, .... Una frase suya que me ha gustado es: "El trabajo no es un castigo de Dios, sino una prueba de confianza dada por Dios al hombre, haciéndolo colaborador suyo" (en la transformación de la naturaleza) ¡casi nada! (ver la entrada ¡vaya antecedentes!)
José Mª Arizmendiarrieta |
No me voy a extender más porque para eso ya tenéis el libro de Inazio.
En estos momentos en el que el sistema capitalista neoliberal ha demostrado su fracaso (a nivel social me refiero), se imponen modelos alternativos con una escala de valores diferente, y a mi entender el movimiento cooperativista de Mondragón nos aporta alguna diferencia.
Aunque, como es bien sabido, en todos los sitios cuecen habas. Por lo que he podido hablar con algunos socios cooperativistas, existe un descontento con la "nueva cultura de gestión", que imita a las empresas capitalistas new age. Me cuentan, que aunque se mantienen los órganos de gestión: asamblea de socios, etc... únicamente se participa en la aprobación y no en la toma de decisiones. Todo se ha tecnificado, se ha puesto en manos de especialistas. Al igual que ocurre con la economía, donde ya no deciden las políticas con un fin determinado, sino los índices de riesgo y los indicadores macroeconómicos.
Las cooperativas, no son ni el único modelo ni el más innovador, existen otros sobre los que pretendo ir hablando en futuras entradas, pero hay que reconocerles muchas de las cualidades que definen a la economía del bien común y la inteligencia espiritual.