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sábado, 19 de enero de 2013

Los mercados. Las raíces

En la última entrada hablaba de los causantes de la crisis financiera como si fueran un ente amorfo, sin rostro, sin líder visible o sede social. A raíz de ello me ha dado por pensar en qué sabía realmente sobre el tema de los "mercados" o "los inversores", y la respuesta es nada o casi nada.

Se lo he preguntado a la red y he llegado a este artículo. Explica muy bien el concepto de "mercado", no solo los financieros, y entre cosas dice: Los especuladores son en realidad los propios inversores, no son una figura distinta, ya que su lógica es lo único que cuenta. La lógica es rentabilizar al máximo el dinero que tienen en sus manos, la búsqueda del beneficio individual.

También leía en el libro Actúa, concretamente en el capítulo de Albert Recio, que la actual implantación del neoliberalismo, que se inició hace 30 años, no se debe un conjunto de acciones orquestadas por unos agentes para servir a sus intereses, aunque existan frecuentes confabulaciones, sino que más bien es el resultado de la suma de las dinámicas de estos poderosos agentes. Vamos, que tiene su puntito de espontaneidad, de confluencia de intereses, de alineación con un objetivo compartido.

La película Zeitgeist, no recuerdo cuál de las tres, habla de los 10 mayores bancos USA como de los amos del universo, haciendo y deshaciendo a sus anchas, provocando guerras, caídas de gobiernos, crisis económicas, etc... ¡desde hace por lo menos 100 años!

Las fuerzas oscuras, las fuerzas del mal.

Mucho me temo que la razón de que todo este sistema esté en pie no son los 10 mayores bancos USA, sino más bien los ciudadanos que estamos en la base sujetándolo.

¿Qué es lo que hace que este sistema piramidal cada vez más estilizado se soporte? La base claro, pero ¿qué es lo que hace que la base lo soporte? ¿El miedo, el interés individual, el desconocimiento, ..., o una combinación de todos ellos?

Pues me apetece reflexionar un poco sobre el tema.

El motor principal del capitalismo es la búsqueda del beneficio individual. En esta entrada ya opiné sobre la virtud de esta motivación, o más exactamente de su poca virtud. Pero reconozco que sintoniza con lo más profundo del animal humano, es atractiva para los hombres.

Es una motivación básica, yo diría que asociada a los mecanismos internos de conservación de la vida. Es intuitiva, automática, reptiliana. Cubre las primeras necesidades básicas del ser humano que son las fisiológicas y las de seguridad, tal y como las describía Maslow.

Va a estar siempre presente, en cualquier momento podemos sentir miedo, cualquier tipo de miedo, y se puede disparar el mecanismo de supervivencia, con lo que haremos lo necesario para seguir vivos. Solo es cuestión de sentirse amenazado y digo bien, sentirse, ni siquiera hace falta estarlo de verdad. Cuando esto ocurre podemos saltarnos cualquier código de conducta, moral o legal y actuar justificandolo. Nos animalizamos sí, pero seguimos vivos.

Yo pienso que este impulso es el que soporta la pirámide, el que hace que los individuos que estamos en la base respondamos de una forma tan previsible. Tan solo es cuestión de manejarlo hábilmente, de crear el marco para poder manejarlo.

Retrovolución
Si observamos la tendencia de la sociedad en la actual crisis, podemos afirmar con poco margen de error, que cada vez es más fácil manejar el miedo en los niveles bajos de la pirámide. Si alguien quiere provocarlo, tiene más herramientas para poder hacerlo. La subsistencia está cada vez más amenazada, la indefensión es cada vez mayor, los mecanismos legales son menos neutrales. La "tendencia animalizadora" en esta fase de la crisis, juega en contra de la mayoría de las personas.

Pero yo soy optimista. Leía hace poco una cita, no recuerdo de quién era, que decía algo así como que la historia del hombre no es la historia de la lucha por la supervivencia sino la historia de la cooperación para la conservación.

Y eso se consigue trascendiendo al reptil que hay en nosotros. Asumirlo y trascenderlo. ¡Integrar y trascender!

(continuará)