Me ha ocurrido mientras leía en el libro "Fluir" de Mihaly Csikszentmihalyi, en concreto el capítulo titulado "La paradoja del trabajo".
En donde nos viene a decir que las experiencias etiquetadas como "de flujo", "experiencias óptimas" (que son más o menos equivalentes a la felicidad), se dan con más frecuencia mientras trabajamos que en tiempo de ocio. Aunque en diferente proporción, en todos los niveles dentro de la jerarquía : gerentes, administrativos, empleados de taller,... las experiencias de flujo ocurren más frecuentemente mientras trabajamos que mientras no-trabajamos.
La paradoja viene porque la gente, a pesar de eso, dice que no quiere estar trabajando, prefiere estar haciendo otra cosa, que normalmente es no-trabajar. En general la motivación en el trabajo es baja. Y lo inverso, cuando la gente está en su tiempo de ocio, quiere seguir manteniendo esta situación a pesar de que reconoce estar menos motivada.
Según el libro, lo primero que se podría pensar es que la gente no escucha la evidencia de sus sentidos y que basa la motivación en el estereotipo cultural, que dice que el trabajo es una imposición, una limitación de su libertad. Que el trabajador moderno percibe que sus metas personales entran en conflicto con el trabajo, porque mientras trabajamos solo estamos contribuyendo a alcanzar las metas de otras personas.
Aunque la experiencia sea óptima, tendemos a descartarla porque pensamos que no contribuye a nuestras metas de largo alcance.
Es en este punto es dónde el libro hace referencia a unas encuesta realizada entre 1972-1978 entre trabajadores USA, en las que un 3% decía estar muy insatisfecho frente al 52% que decía estar muy satisfecho. (Os remito a otras entradas con datos de encuestas más recientes: una en España y otra en UK)
Lo interesante de la encuesta es que nos muestra las tres principales causas de descontento en el trabajo:
- La falta de variedad y desafíos
- Conflictos con los compañeros de trabajo
- Exceso de tensión/presión
El libro nos viene a decir que estas tres causas dependen más, de "cómo las ve" la persona que de lo que realmente estén ocurriendo. Que toda persona tiene la capacidad de convertir una situación "percibida como negativa" en "percibida como positiva", que depende de la actitud.
En mi opinión, este libro tiene el sesgo de estar escrito desde los USA, donde todo se evalúa desde el individuo(lismo), no aparece por ninguna parte lo social, la comunidad, o la propia empresa, que dicho sea de paso también tiene sus propias metas: misión y visión, que no tienen por qué ser las de nigún individuo en particular.
Cuando el libro habla de la "meta de largo alcance" yo iría más allá y también hablaría de valores, de confluencia de valores de la empresa y el trabajador. Cuando de "conflictos con los compañeros" mejor del vínculo social, del aprendizaje de la vida en sociedad y de la colaboración entre personas para la consecución de metas más complejas.
Sobre el exceso de tensión/presión, al igual que el libro también pienso que depende de la actitud, de cómo queremos verlo y qué queremos hacer con ello, de nuestro poder personal para lidiar con la situación. En última instancia siempre tenemos la opción de parar o bajar el ritmo para reducir la presión y llegado el caso, cuando no lo hacemos voluntariamente lo hacemos por necesidad, ya demasiado tarde.
En mi opinión, este libro tiene el sesgo de estar escrito desde los USA, donde todo se evalúa desde el individuo(lismo), no aparece por ninguna parte lo social, la comunidad, o la propia empresa, que dicho sea de paso también tiene sus propias metas: misión y visión, que no tienen por qué ser las de nigún individuo en particular.
Cuando el libro habla de la "meta de largo alcance" yo iría más allá y también hablaría de valores, de confluencia de valores de la empresa y el trabajador. Cuando de "conflictos con los compañeros" mejor del vínculo social, del aprendizaje de la vida en sociedad y de la colaboración entre personas para la consecución de metas más complejas.
Sobre el exceso de tensión/presión, al igual que el libro también pienso que depende de la actitud, de cómo queremos verlo y qué queremos hacer con ello, de nuestro poder personal para lidiar con la situación. En última instancia siempre tenemos la opción de parar o bajar el ritmo para reducir la presión y llegado el caso, cuando no lo hacemos voluntariamente lo hacemos por necesidad, ya demasiado tarde.