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viernes, 21 de marzo de 2014

La propia importancia

Hoy quería reflexionar sobre algo que leí hace tiempo sobre la importancia personal. No me ha sido fácil volver a encontrar el pasaje en cuestión pero, el que la sigue la consigue y aquí está para compartirlo.

Es sobre Castaneda, no algo escrito por él mismo, sino algo que contaban sobre su vida.

Hace referencia a la aplicación práctica de uno de los principios que nos menciona en sus libros, el de acabar con el sentimiento de importancia personal. Que viene a ser algo así como el de relativizar la imagen de uno ante los demás y ante si mismo hasta desposeerla de valor.

El texto lo he sacado del libro Las enseñanzas de Don Juan Matús de Vladimir Antonov, que es un autor sobre temas espirituales con un marcado sesgo hinduísta (para mi gusto).

Os dejo con el texto:

He aquí un hecho interesante e instructivo de la biografía de Castaneda. A pesar de que él, después de publicar sus libros, se convirtió en un millonario y podía llevar una vida libre de las limitaciones materiales, él y su compañera íntima, la Gorda, al terminar su aprendizaje en la Escuela de Don Juan, se emplearon, bajo nombres falsos, como sirvientes en la casa de un rico y sufrieron humillaciones, desde la rudeza hasta la alevosía de otros sirvientes.

Castaneda y la Gorda lo hicieron para destruir completamente en ellos «el sentimiento de la propia importancia», para borrar su «historia personal» y para adquirir la humildad. Pues, como lo puso Castaneda, todo lo que pasa con un guerrero en el mundo físico no importa; la única cosa que importa es su estado de la conciencia.




¿No sé que os ha parecido? A mi me llamó la atención por lo extremo. Como ejercicio es todo un reto. Desde luego está bastante alejado de los parámetros de nuestra cultura del éxito. Estamos más acostumbrados a ver a los líderes "new age" ejerciendo de eso, de líderes de grupos más o menos grandes, más o menos organizadas, que de sirvientes anónimos de los ricos.

Pero en todo esto había algo que no me encajaba. Si el ejercicio era liberarse del sentimiento de importancia personal ¿cómo es que nos hemos enterado?¿cómo es que este hecho es conocido? al final si todo el mundo lo sabe, solo puede servir para aumentar el sentimiento de importancia personal.

Con toda esta incertidumbre me puse a leer un poco más sobre Castaneda y de lo poco que hay: una entrevista muy interesante, los datos sobre su fallecimiento y un montón de referencias indirectas, saqué mis propias conclusiones.

Parece ser que este señor vivió una vida relativamente anónima y acomodada. Si es que alguna vez sirvió a un rico sufriendo humillaciones y alevosía de otros sirvientes fue tan solo como un ejercicio y no como una opción vital. Lo cual tampoco está nada mal.

Dejando al margen la veracidad de lo que nos cuenta Antonov y aun suponiendo que nunca ocurriera, la experiencia que nos cuenta que tuvieron Castaneda y su compañera, es congruente con el principio de acabar con la importancia personal. A mí el planteamiento me ha parecido inspirador. Como dije arriba, es todo un reto salirse de los patrones de evaluación de nuestra sociedad. Asumir un segundo plano y reconocer en ello un indicador de nuestro poder personal, es algo fuera de habitual, que no se lo plantea casi nadie.

Aunque se relaciona con la realización personal, el pragmatismo que nos propone Castaneda no busca el cambio de la sociedad, busca vivir la vida de forma intensa, ejecutando cada acto como si fuera el último que hiciéramos en la vida. La mayoría de las enseñanzas de Don Juan (Castaneda) son recetas para el crecimiento vertical.

Lo social, tiene poco espacio en la obra de Castaneda, tan solo nos ofrece el "desatino controlado". Pero de esto ya hablaremos en otra entrada.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Los enemigos

¿Qué hace que hablemos mal de los funcionarios y en cuanto podemos nos comportemos como tales?

A cuenta del cierre de Fagor Electrodomésticos, matriz y buque insignia del cooperativismo de Mondragón durante muchos años; me cuentan que los trabajadores se habían acomodado, que se habían convertido en funcionarios, que pensaban que la gran empresa, como si de un estado se tratase, nunca caería. Y así fue durante muchos años, cuando los mecanismos de defensa del Grupo Mondragon soportaron los embates de las diferentes crisis.

Me dicen que, aunque la situación era mala hace tiempo, los trabajadores, algunos de ellos, se negaban a ser reubicados en empresas con trabajos más "incómodos", que aumentó el absentismo y las bajas en época de caza, que se resistían a bajarse el salario, etc...

No sé cuanto hay de verdad en lo que acabo de decir, pero me da pie a reflexionar sobre las razones que hacen que cambiemos la realización personal por la comodidad. Que dejemos atrás la solidaridad y el compromiso con el proyecto colectivo por el beneficio individual.

¿Es posible que un trabajo que reúna los ingredientes de la realización personal, el día menos pensado, deje de motivarnos?

Con esta entrada quiero iniciar una serie de reflexiones sobre los factores, a los que he llamado los enemigos, que producen cambios en las personas,



¿Por qué somos más solidarios cuando menos tenemos y cuando tenemos mucho, a lo sumo caritativos?

¿Qué es lo que hace, que lo bueno en época de crisis no lo sea en época de bonanza?

Ya en alguna de mis entradas hablé de la obesidad, esa tendencia natural a acumular grasas para las épocas de escasez. También he hablado de la animalización que se produce cuando sentimos miedo y pensamos que peligra nuestra subsistencia, cuando nos saltamos nuestros valores y reglas morales para garantizar esa subsistencia.

También está el acomodo, el enemigo silencioso en cuyos brazos todos podemos caer, perdón, en el que todos acabamos cayendo.

De todo esto y de algunas cosas más, hablaré en las siguientes entradas bajo la etiqueta "enemigos".

Se admiten sugerencias.

jueves, 24 de octubre de 2013

Valores, criterios, virtudes

Siguiendo con la serie de entradas donde expongo mi receta para alcanzar la realización personal en el trabajo, llegamos al tercer ingrediente, los valores.

Con ellos me refiero a esa razón última, o al menos muy elevada, que guía e inspira nuestras acciones.

Para empezar os hago un pequeño resumen de la teoría sobre los valores y fines últimos que rigen nuestras actuaciones.

Para los griegos la felicidad era el fin último que busca el ser humano.

Para Fredy Kofman en su libro METAMANEGEMENT existen 5 valores del más alto nivel que son universales y compartimos todos los seres humanos: felicidad, plenitud, libertad, paz y amor. Son fines en sí mismos y no herramientas para alcanzar algo superior.

Tony Buzan el creador de los mapas mentales, propone una lista de valores comúnmente aceptados o habituales por las personas, para que seleccionemos los más acordes con nuestra personalidad. La lista de valores sería: Verdad, Compasión, Amor, Tolerancia, Unidad, Paciencia, Honestidad, Cooperación, Comprensión, Integridad, Gratitud, Justicia, Valor, Libertad, Caridad, Confianza, Humor, Igualdad, Simplicidad, Paz, Responsabilidad, Pureza, Persistencia, Armonía.


La confluencia de los valores personales y los de la empresa son una condición necesaria para la realización personal. Actuar según los valores personales en el trabajo es una medida y una requisito sine qua non para la realización personal. Todos los actos que están orientados hacia nuestros valores y así lo percibimos, nos procuran satisfacción personal y la sensación de congruencia. Las acciones en sentido contrario, son solo soportables durante un periodo de tiempo limitado, muchas veces a costa de nuestra salud.

De la misma manera que lo que hacemos cada uno de nosotros tiene una razón, las tareas que realizamos en nuestra empresa tienen una motivación, consecuencias, objetivos, fines específicos. La empresa define sus fines a través de la Misión, Visión y los valores pero también a través de sus objetivos estratégicos y de sus actuaciones, sobre todo a través de sus actuaciones.

Si solo nos fijáramos en el enunciado de la Misión y Visión de la empresa, sería fácil confluir, porque de citar expresamente algún valor, este suele ser muy general: bienestar de la sociedad, ecología, bien común. Es fácil confluir en los valores más elevados, lo difícil es estar de acuerdo en cómo se llevan a la práctica en el día a día, con qué criterios se toman las decisiones, con qué criterios se valoran las acciones, cuales son los hábitos, etc...

Los comportamientos que generan estos valores son las virtudes, su otra cara son los vicios y su bastardización. Adjunto la tabla que nos presenta Kofman.

Virtud Vicio (oposición) Vicio (bastardización)
Responsabilidad Culpar (a los demás) Culpar (a uno mismo)
Autonomía Subordinación Alienación(egoísta)
Excelencia Mediocridad Exitismo
Honestidad Hipocresía-Falsedad-Mentira Sincericidio
Humildad Arrogancia Autodesvalorización
Respeto Menosprecio Servilismo
Compasión Dureza (de los juicios) Conmiseración - Lástima
Bondad Maldad Imposición(moralista)
Integridad Deshonra (de los compromisos) Obsesividad
Ecuanimidad Volatibilidad - Inestabilidad emocional Frialdad - Desapego
Disciplina Indulgencia Sobreexigencia(super-egoica)
Impecabilidad Maquiavelismo(el fin justifica los medios) Miopía

Ahora os dejo la tarea de identificar cuales son las virtudes en vuestro entorno más próximo.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Vínculo social - Auzolan, trabajo vecinal

Auzolan, el trabajo vecinal, es un legado cultural del mundo rural, que ilustra muy bien la relación social a través del trabajo. Para hablar de ello, he seleccionado un texto sobre las costumbres de un pueblo del Baztán Navarro (España), extraído de esta dirección.

En la vida del pueblo siempre han sido muy importantes las relaciones con los vecinos; sin duda, el trato ha sido y es más intenso que en las ciudades. Así el vecino más cercano era considerado como pariente. Por eso, era tradicional que cuando se enfermaba el dueño de la casa, los vecinos le ayudaran en los trabajos del campo. Lo mismo sucedía en las defunciones, nacimientos, pérdidas de ganado... Los vecinos han sido los encargados de ayudar en estas tareas y no hacerlo era considerado sinónimo de escasa calidad humana. Así pues, si alguien se ponía enfermo, o cuando una madre daba a luz, se le visitaba en casa y se le llevaba un pequeño obsequio. Era habitual llevar leche, miel, chocolate o pastas.




Hoy todavía perdura la costumbre de realizar algunos trabajos comunales entre la gente del pueblo: como el cierre de los campos, la limpieza de las calles y acequias, el arreglo de averías... A estos trabajos en común se les llama auzolan o auzalan que significa" trabajo vecinal" porque se hacen entre todos los vecinos, compartiendo tareas. Una de las tareas era la limpieza del bosque.

Otra tarea realizada en auzolan era la trilla. Hasta hace unos años, se ponía la trilladora en la plaza del pueblo o en una era, se descargaban los fajos y entre el polvo y el traqueteo de la máquina se iba trillando el trigo, la avena o la cebada. Una vez trillada la cosecha, se repartía el grano y la paja de casa en casa. Los hombres, portando las sábanas en la cabeza desfilaban desde la plaza a los pajares, allí se echaban un buen trago. Los hornos de cal también se hacían en auzolan, puesto que eran para más de una familia.


Las tareas aquí descritas no implican necesariamente el vínculo social, en el sentido que lo exponía en la anterior entrada, pero es muy probable que lo hagan. El sentimiento de pertenencia, la sensación de confianza, la integración con el grupo y el proyecto, son más fáciles de generar con trabajos como los descritos anteriormente. Es más fácil suscitar el compromiso personal, cuando la razón para implicarse se "ve" de una forma tan clara. La realización personal a través del trabajo es más fácil en estas condiciones.

Sin duda el entorno rural se presta más a la colaboración que el ambiente urbano, más individualizado e impersonal. En el ambiente rural, casi todo lo que implica a personas tiene cara y nombre propio. Pero esto no lo podemos cambiar, ciudad y empresa, son el marco donde muchas personas nos movemos y en donde precisamente debemos descubrir y crear las condiciones para que se dé el vínculo social.

sábado, 24 de agosto de 2013

Vínculo Social - Confianza, Pertenencia, Compromiso

El segundo ingrediente necesario para la realización personal en el trabajo, es el vínculo social.

El cual se da de forma automática, ya que una de las funciones que se le atribuye al trabajo es la de soportar las relaciones sociales, ser el sustrato donde se pueda desarrollar dicho vínculo. Y sobre esto hay poca discrepancia. Bien sea por la colaboración necesaria para producir los bienes y servicios como por la relación que se deriva del intercambio de bienes producidos, el trabajo es donde se realiza el aprendizaje de la vida en sociedad, ámbito de los encuentros personales.

Si esto es así y el vínculo se da en cualquier trabajo, ¿por qué digo que es uno de los ingredientes necesarios para la realización personal?

Pues por un matiz emocional. El vínculo social al que me refiero surge del sentimiento de pertenencia, de la sensación de confianza, de la integración con el grupo, con el proyecto, del compromiso personal.

El vínculo social al que me refiero está reñido con el individualismo. Cuando las relaciones laborales están marcadas por prioridades diferentes de las que buscan trascender al individuo aislado, y lo están únicamente por los valores de la economía de mercado; individualistas colaborando entre si por confluencia de intereses/necesidades, entonces existe la relación pero no el vínculo, no existe la confianza ni el sentimiento de pertenencia.

La relación social es necesaria pero sin el vínculo, no es suficiente para la realización personal.

Es difícil, por no decir imposible, garantizar el vínculo desde fuera por medios externos, no se puede obligar a una persona a que se sienta miembro de un equipo, de un proyecto. En última instancia depende de su disposición, está en su mano el implicarse y fortalecer el vínculo o permanecer aislado dentro del entorno.

Lo que sí se puede hacer es favorecer, se pueden crear condiciones y lugares de encuentro, dinámicas que faciliten su surgimiento de forma espontánea.

¡que no sea por falta de ejemplos!